Es triste ver seres que sacrifican su vida, su mundo y su felicidad en aras de un sacrificio económico y de reconocimiento. El mundo se convierte en un continuo sometimiento a lo establecido y permitido sin que no exista ni una pizca de tu verdadero ser plasmado en esa vida creada artificialmente.
El rio de cada vida es único y solo el mismo sabe cual es su opción en este designio.Nadie es capaz, excepto si mismo, el determinar cual es su verdadera magnitud y predilección vital.
El arte de vivir es intrínseco a cada ser, a cada intimidad y a cada ciudadano del mundo.
Todo, absolutamente todo, está para ser experimentado.