
La verdadera libertad del escritor reside en la gran capacidad natural y
creativa de escribir desde el vacío.
El escritor es un arquitecto de
palabras, un mago que hace brotar palabras
desde la nada.
Todo comienza desde que el escritor
forma telas de araña en su resistente lazo que las va entretejiendo.
La escritura es arte continuo, es
caer constantemente en un precipicio
desconocido sin añadir cual puede ser la siguiente palabra creada por él.
La harmonía de escribir, como
ladrillos colocados unos detrás de otro para configurar un muro fuertemente fusionado ,inquebrantable obra maestra del autor ,en la que la
escritura aparece desde la fantasia.Un mundo no real, aunque lo real se tolera
cuando entramos dentro de la lectura.
El mundo de la escritura nos hace
una gran invitación a entrar en ella,entar en su plano es adentramos a una dimensión, una
dimensión que rebasa la leyes de la lógica de lo “socialmente aceptado”, Es un
continuo devenir de hechos, lugares, personajes, situaciones en las que no hay
reglas ni normas. Escribir es ficción, La ficción que solo existe leyendo.
Albañiles de palabras
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