martes, 28 de mayo de 2013

Un barrio llamado San Antonio


                  La historia de una vida, como las que todos desean y a ninguna le pertenece, vivimos vidas presentes en las que están llenas de recuerdos… unos malos... otros..., peores. Digámoslo así ,no he vivido en el que se halle un ambiente intelectual y cultural, si cultural se refiere a tener una enciclopedia de lexis 22 del año 77 todavía postrándose en las vitrinas  de una armario que fue regalo de mi tía Máxima y al cual le agradecemos enormente,ya que ..Al carecer de un padre que mayormente no le gusta tirar la casa por la ventana, si no al contrario, le encanta sustraer puertas, maderas, grifos...y todo tipo de enseres que, problamente no utilizará jamás, ya que como el bien suele decir... no lo tires que algún día lo puedes usar…pero que no se engañe, ni llega ni llegará jamás por mucho que insista y gruña como el solo sabe gruñir.

              Pero más bien ciñámonos al principio de los días, a la génesis no bíblica de mi vida. Federico Mayo. Num6 3.d, un barrio según se halla enclavado…es periférico, aunque andando hasta el centro de la ciudad solo hay 15 minutos, alegre periferia que ni tan solo en ese corto transito ya nos envolvemos en la vorágine de una ciudad aparentemente de dimensiones reducidas.

             Me crie en un barrio obrero, típica y llanamente donde se hallan los barrios de las ciudades, en los arrabales de la misma. La vida en Palencia transcurre tranquila, y tranquila quiero decir que la ciudad no existen muchos alicientes en donde podamos encontrar estímulos suficientes para que  un ser como soy yo, viva una vida ejemplar entre personas  por las cuales tampoco tienen grandes aspiraciones, ni desean aspirar a ellas, más bien lo que podría aspirar un obrero, que es, simple y llanamente a un sueldo, una familia, uno o dos hijos y un cobijo donde guarecerse durante toda una vida. Siempre he sido un chico que veía un mundo muy personal, muy interior como si de un autista que estuviera ensimismado de la extrañeza de la vida, unos porqués que quizás para otro los hubiera echado por alto y que yo mismo me cuestionaba. No tenía la más remota idea de qué sentido tiene la existencia, mi edad infantil fue más bien mi edad filosófica, en las que  las percepciones de la vida las encontraba extrañamente fantásticas, supongo que son los años infantiles, los momentos para hallar en la novedad ,la fantástica imagen de la realidad.

             Todos queremos regresar a esos recuerdos de la niñez, donde un pequeño ser es un lechado de imaginaciones y conjeturas lo más surrealista abstractas como pudiera encontrar. La misma imagen visual de los acontecimientos de un niño que atraviesa por esta etapa.

           En mi barrio provenían gentes de toda índole, siempre de clase humilde, eso si, pero también existían gente de clase aún más peyorativa si cabe, los llamados cerillas, una tribu que se desconoce cuáles eran sus raíces primigenias, pero a saber de su comportamiento era los más parecido  sus congéneres a los hombres de la era del cuaternario. Agresivos, mal hablados sin ningún tipo de pudor, siempre incitadores a la gresca y a la violencia gratuita, porque si hay que pagar …nos cobrarían el 21% de IVA.

          En ese entorno me movía ,ya que todo lo que se hacía en el barrio ,los pequeños  siempre acarreábamos las mofas y las burlas de los que en el barrio eran los  más mayores por edad, y por mala leche, resulta que fue un barrio conflictivo ,donde la venganza y la maldad infantil y juvenil acampaba a sus anchas por la ciudad, el egoísmo en estado puro, donde lo único que triunfaba al igual que lo es ahora, la ley del cani ,es decir…la ley del más agresivo. Toda esa chusma existía a mi temprana edad, entre un montón de gentes de extraña índole, pablo el Coloma con sus películas de kung ku, miguel el cerilla con sus 131 que cambiaba cada 6 meses,en plan... perros callejeros, y  los famosos Sánchez, una raza venida del inframundo para dañar o agredir al que pudiera ser inferior a él, eso sí, si es superior. Mejor ni tocarlo.

          Con todo, uno iba sobreviviendo a todo este clima hostil y barriobajero que se fermentaba en uno de tantos barrios de la ciudad.

 

                                                                                        Capítulo  II
                                                                        España en tiempos revueltos.

        Ya hace mucho tiempo de ello que la ingenuidad frota brutalmente con lo real. Siempre había pensado que la realidad, las gentes de mi entorno era gente que trata de apoyarte cuando estas en problemas, siempre pensaba o creía que los demás tratan de darte un buen consejo para hacer que tu vida se realce o mejore. No, les digo no, no soy una víctima  ni pienso serlo, siempre he buscado en los demás un apoyo de amigo, un bastón en donde apoyarme. No he visto nada más que ofensas por la gente que era más  débil o más susceptible de ofensa como fueron  mis tiempos jóvenes. Mi mundo era un mundo en el que los demás tenían buena fe, donde la compañía era la que te trataba de incentivar en momentos bajos, en días en los que estabas de capa caída. Ahora...me parece un vago recuerdo de todo ese pasado, una nube estéril que rodea ese triste y melancólico recuerdo, ahora soy feliz. Ahora entiendo que la felicidad la eliges tú, y que tu grado de felicidad, o tu estado de felicidad solo es diseñada y elegida por ti. Sé que la vida se vive una vez, y que lo que realmente te hace sentir fuerte es tu independencia, también sé que el tiempo da razones y también las quita. La neblina del pasado se desvanece en el éter, como un rocío primaveral  de la mañana densa en un principio que va menguando con el paso de la luz matinal. El mundo es para los fuerte, si eres débil…prepárate a sufrir, porque nadie va a ayudarte a serlo si tu no lo eres. Es la ley de la vida; Y la vida te enseña a desconfiar del otro, a analizarlo minuciosamente como si se tratara de un ser desconocido. En estos momentos de crisis, la lucha por la supervivencia darwiniana se hace mucho más palpable, el egoísmo está destruyendo al mundo, y corren tiempos en los que el mundo cada vez es más agresivo, en cierto sentido lo es si quieres mantener una unidad familiar, tú prole debes de tratar de defenderla y no importa cómo o de qué forma lo hagas, por las buenas o por las malas, tú sueldo tiene que mantener un status familiar.

         Mi vía presente...es una vida en la que no hay muchos cambios ni turbulencias, tampoco hay una actividad en la que el stress sea la preocupación inicial. Digamos que ahora estoy en stanby,como corresponde a una crisis de tal envergadura, estamos que ni chicha ni limoná, cobrando una prestación por desempleo más bien baja, pero viviendo con muchas ganas de vivir ,con mucha alegría, aunque sé que vivo en una de las ciudades más tristes de España. Vitoria es para los profanos de la ciudad… una ciudad a caballo entre amar en tiempos revueltos… y …cuéntame, un fuerte aire de conservadurismo religioso, mezclado con un gran efecto llamada de inmigrantes…a caballo entre una confluencia limítrofe riojano ,castellano ,algo de aragonés… y por supuesto vasco, ya que se empeñan por h o por b .. O por HB, de fomentar  esta raigambre del eusquera. Un nacionalismo de pastor, en el que todavía, sus ideas de txapela enroscada no les dejan ver más allá de su amplia nariz.

                  Hay una ventaja en el país vasco que quizás no lo encontramos en castilla, los  prados de estas tierras alaveses son tremendamente terapéuticos, transmiten una sensación de silencio, un vivir la naturaleza en  un más profundo sentido  natural.

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